23. Mag
Juro por Dios, Mag, que ojalá nunca te hubiera visto.
Ojalá nunca dejaras tu trabajo para venirte conmigo.
Ojalá jamás hubiéramos pagado el permiso, ni comprado un vestido blanco,
para que te casaras el mismo día en que fuimos corriendo a ver al cura
y le dijimos que nos amaríamos y cuidaríamos uno al otro por siempre jamás,
Juro por Dios, Mag, que ojalá nunca te hubiera visto.
Ojalá nunca dejaras tu trabajo para venirte conmigo.
Ojalá jamás hubiéramos pagado el permiso, ni comprado un vestido blanco,
para que te casaras el mismo día en que fuimos corriendo a ver al cura
y le dijimos que nos amaríamos y cuidaríamos uno al otro por siempre jamás,
siempre que el sol y la lluvia perdurasen en algún rincón.
Sí, ahora es mi deseo que vivieras en otra parte, bien lejos de aquí,
y que yo fuera un vagabundo montado en un mercante,
a dos mil kilómetros, totalmente en la ruina.
Y ojalá nunca hubiéramos tenido niños
Sí, ahora es mi deseo que vivieras en otra parte, bien lejos de aquí,
y que yo fuera un vagabundo montado en un mercante,
a dos mil kilómetros, totalmente en la ruina.
Y ojalá nunca hubiéramos tenido niños
ni el alquiler, el carbón, la ropa por pagar,
ni el recadero de la tienda que viene a cobrar lo suyo,
a cobrar en metálico por alubias y ciruelas.
ni el recadero de la tienda que viene a cobrar lo suyo,
a cobrar en metálico por alubias y ciruelas.
Ojalá nunca te hubiera visto, Mag:
Ojalá nunca hubiéramos tenido niños.
23. Mag |
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