- Seré benéfica y mínima
- Como la flor de la salvia,
- Si tú me dejas seguirte
- y estar contigo en tu casa.
- Cuando tú quieras silencio,
- Seré silencio yo misma.
- Haré más lentos mis pulsos,
- Haré callada la risa,
- y he de ser como una sombra
- Que a tu costado se ovilla.
- Cuando vuelvas de la calle,
- Hastiado, amargo, sediento,
- Como agua clara del río
- Será para ti mi cuerpo.
- Y almohada de trébol nuevo.
- Mi brazo, para tu nuca.
- Sobre tus sienes ardientes,
- Frescas, mis manos desnudas.
- Deja que aliente a tu lado
- Como una sombra ligera,
- Como sombra que tuviese
- Fragancia de madreselva.
- ¡Sueño ceñirme a tu vida
- Igual que una enredadera!
martes, 8 de marzo de 2011
"Una enredadera" de Juana de Ibarbourou (Uruguay 1892 - 1979)
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